Cada 12 de junio, se promueve el compromiso con la erradicación del trabajo infantil. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y otras organizaciones internacionales, junto con los gobiernos y las sociedades civiles, intensifican sus esfuerzos para implementar y hacer cumplir las leyes que protegen a las niñas y niños, con el objetivo de garantizar que todos tengan la oportunidad de asistir a la escuela y disfrutar de una infancia segura y saludable.
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil es una oportunidad para movilizar apoyo, compartir prácticas efectivas y reforzar las iniciativas existentes que buscan eliminar esta práctica. Es un llamado a todos para que contribuyan a un mundo donde los niños vivan libres de explotación y disfruten plenamente de sus derechos; la estimación de que uno de cada diez infantes se encuentran en situación de trabajo infantil, lo que preocupa a las autoridades mundiales y debido a estas cifras es importante conmemorar esta fecha para que la sociedad sea más consiente de esta problemática social que afecta directamente a la niñez.
A pesar de los esfuerzos internacionales, incluyendo la Meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que busca eliminar el trabajo infantil para este año, aún queda mucho por hacer. Los conflictos, las crisis económicas y sociales, y más recientemente la pandemia de COVID-19, han exacerbado las condiciones que conducen al trabajo infantil.
En México, el trabajo infantil es resultado de otros factores como la carencia de sistemas educativos eficientes y accesibles en las comunidades, actos de discriminación dentro de las familias y la repartición desigual de oportunidades. Entre las poblaciones afectadas por la desigualdad, se encuentran las comunidades indígenas y afromexicanas; lo que pone en un estado de extrema vulnerabilidad a niñas y niños. En ese sentido, él Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) se une a los esfuerzos de sensibilización sobre el trabajo infantil, ya que considera que la violación a los derechos de educación, salud y vida digna de la niñez debe ser un objetivo primordial de atención para las naciones.